Pido un aplauso!

Ser peruano es muchísimo, es una bandera tatuada en el corazón de por vida, es un título del mejor hincha del mundo, fiel a su equipo en todo, en todas, en las peores. Es ser un afortunado de sentarse a la mesa en cualquier rincón del país, porque sepa el mundo que tenemos la mejor cocina que pueda existir, y mención aparte al ají de gallina, y a la papa a la huancaína. Eso no puede considerarse un plato de comida, es sin lugar a dudas, un regalo de los dioses.

Ser peruano es ver a la gente darse la mano, a la Sra. Dorotea Torpoco acercándose a la puerta trasera del Estadio Nacional, para donar dos latitas de leche, porque la tercera será para ella ya que dentro de su pobreza, y a sus 71 años, también se necesita algo para comer, pero nuestros hermanos del sur la están pasando mucho peor que ella.

Ser peruano es ver a Juan Diego Flores rompiéndola en el mundo, y escuchar al gran maestro Pavarotti haberle dejado encargado su lugar como mejor tenor del mundo. Es asistir, por cursi que sea, a un concierto de Gian Marco, que tiene todo el carisma del mundo, que se ha ganado a todo un país con una sonrisa de menso y el corazón rojo y blanco a mucho orgullo.

Es acompañar a Gastón Acurio a darse un paseíto por todos los restaurantes del Perú, y decirle gracias por haber llevado a nuestra comida tan lejos, y darle un abrazo por habernos puesto en el lugar culinario del mundo que nos merecíamos.

Ser peruano es decirle a Luchito Horna gracias! y que sudamos con él el ser campeones del Roland Garrós. Es decirle a la gringa Sofi, que nada pes, que Perú es de puta madre, y que ella la rompió en el mar pes, y bravazo, con la bandera a todas partes.

Ser peruano es la dicha de pecho hinchado, de tener una de las siete maravillas del mundo, en una de las ciudades más maravillosas del mundo, que nos hace ser un país de maravillas. Es ver a Machu Picchu enorme, gigante, imponente, incaico por todas partes, cuzqueño de raza, y peruano de corazón de piedra. Es la alucinante selva peruana, la sierra de aventura, off road, de trekking, de turismo vivencial, de Huaraz, de Cajamarca, de Arequipa, de Iquitos.

Ser peruano es que tus amigos te digan hermano, que los que no conoces te digan hermano, que la gente te sonría, que veas talento chorréandose por todas partes, que veas a una nena de apenas 16 años convirtiéndose en un ídolo Latino Americano.

Ser peruano es llevar el ritmo en la sangre, ser los padres del cajón peruano, del ritmo, de la gracia, de la gran Susana Baca, de Mari Carmen Dongo, de Chabuca, del maestro Caitro Soto y ese cajón que retumba desde su tumba.

Ser peruano es sinónimo de letras, de Mario Vargas Llosa, de Alfredo Bryce,del increíble César Vallejo, del Heraldo Negro peruano.

Ser peruano es tener a los mejores caballos de paso del mundo. Es ser dueños del Pisco, porque no existe el pisco peruano, solamente existe el Pisco, que es nuestro. El resto es... el resto no es.

Ser peruano es adorar un país lleno de historia, de raza, de cultura, de gente hermana, de placeres deliciosos, de una tierra que mientras más lejos, duele más, que se extraña desde donde sea, que por más problemas que pueda tener siempre será Perú el punto al cual volver.

Porque en las de arriba, y en las de abajo, que viva el Perú, carajo!