You've got a friend

En 1984, cuando Lima aún era una ciudad llena de escarabajos Volkswagen, con Datsuns por todos lados, con jardines descuidados, y Camino Real, mi vida cambió de pronto, de sorpresa.

Suele pasar, a todos creo, que recordamos algo de la infancia y es casi como haberlo vivido ayer, aún cuando todos nos dicen que lo que recordamos no tiene nada que ver con lo que pasó. Igual recuerdo haber bajado corriendo las escaleras de la casa, buscando qué traían los viejos en el alucinante e histórico bolochito naranja mandarín. No vi mucho, sólo algo que traía mi mamá cargado, bien cubierto, demasiado para la curiosidad de un niño. Pero no vi mucho.

Visto ahora, con lo insoportable que es un niño curioso, entiendo la excluida de la novedad, representada por mi cuarto con la puerta cerrada. Eso sí, no recuerdo bien qué pasó, en qué pensaba, solamente recuerdo la curiosidad.

De pronto, al rato, a las horas, luego de dormir, quién sabe, fui notificado acerca de qué se trataba tanto show entre bambalinas. La sorpresa no era un juguete, ni un cachorrito que no aparecería sino hasta unos 7 años más tarde, era mi hermana.

La primera imagen que tengo es de verla a las justas por la rejilla de la cuna, dada mi altura de niño empinado. Dormía. Y no llegaba a tocarla. No sé cuánto me tomó asimilar la idea, si días, horas, minutos. Un niño nunca está realmente preparado para tener una hermana.

Lo curioso es que luego de casi 25 años, con etapas de metiche, de compañera de juegos al estilo extra, de hermanita, de hermana, y de amiga, las cosas han ido siempre evolucionando. Y cada día nos hacemos mayores, y compartimos cigarros, y tragos, y penas, y el mundo empieza a girarnos a la misma velocidad.

Lima no es la misma del 84'. Ahora es más a colores, de Hyundais rojos, y cigarros de cajita negra. Ya no hay necesidad de empinarse frente a la rejilla para verla, sino más bien de pararse frente a la ventana a esperar que regrese por la noche. No te demores, si?.

(Gracias Carole King... i do have a friend)