Mi mamá me mima

Eso de recordar palabras a mi nunca me funcionó. Yo tengo grabados olores. El olor a esmalte de pintura del nido San Nicolás. El olor a madera vieja de las escaleras del nido Santa Bernardita. El olor a Vinifán y cuaderno nuevecito de los primeros años del Raimondi. Y siempre viene a mí el olor del perfume de mi mamá. Nunca supe la marca, pero siempre lo he asociado a su sonrisa. A la vaga imagen de mi mano de niño, pequeñita, tomada de la mano de mi mamá justo antes de cruzar alguna pista por Lince. A las caricias en la cabeza que siempre fueron, y serán, mi punto débil para poder dormir. A la mirada de calma, de paz, de amiga, de compinche, para todas las pesadillas que vinieron a mí hace ya casi 30 años. Me pasa a menudo que vienen imágenes antiguas a mi mente, y me sorprenden de pronto. El recuerdo de un paseo en el viejo escarabajo naranja mandarín, con mi mamá al volante, su pañuelo setentero, y sus anteojos Janis Joplin, cantando a dúo conmigo alguna canción. Recuerdo a mamá sie...